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    Agilidad Emocional

    Estimados lectores

    Esperando se encuentren muy bien, aunque es una época de muchos cambios, situaciones inesperadas que no están en nuestras manos.
    Escuchamos muchos mensajes sobre ser positivos, tener un aprendizaje y valorar lo que tenemos a pesar de todo lo que hoy no podemos tener o hacer.
    ¿Pero qué pasa con mis emociones? ¿Con lo que estoy sintiendo? La mayoría de las personas estamos en la misma frecuencia de preocupación por nuestra salud y la de nuestros seres queridos ante un enemigo invisible, de lo económico; incertidumbre de lo que vendrá, como vamos a vivir de ahora en adelante; de elaborar el duelo por la pedida de un familiar que lamentablemente ante el covi no pudo tener una despedida como merecía; de cuidarnos para no contagiarnos, lo que ha implicado alejarnos de nuestros seres queridos, del contacto físico; y ansiedad.
    Entonces me digo, tengo que ser fuerte, todo pasa, hay que agradecer, ser positiva, etc., ¿qué aprendo de todo esto?
    Y está bien, todo eso está bien, pero, si me quedo con esos pensamientos y evito contactar con mi corazón, lo que estoy haciendo es reprimir, guardar, incubar.
    La Agilidad Emocional es la capacidad de convivir con nuestros pensamientos y emociones de manera saludable de manera que esto nos ayude a vivir siendo coherentes con nuestros valores. Nos habla sobre la importancia de interiorizar para lograr la estabilidad emocional para poder sacar lo mejor de nosotros mismos.
    Se trata de ser compasivos con nosotros mismos, vivimos la vida como una competencia de ser puntuales, ser los padres perfectos, tener éxito, mantenernos guapos. Pero nos olvidamos que hacemos lo que podemos dadas nuestras circunstancias y nuestra historia, nuestros recursos y el primer paso de la agilidad emocional es la compasión.
    Es reconocer donde estoy y ser amable conmigo mismo, ayuda a ser más honesto y más motivado para generar cambios.
    Somos especialistas en decir que estamos bien a pesar de sentir dolor. Una herramienta muy buena es escribir un diario de emociones, de contactar con nuestro corazón y plasmarlo. Se transforma en una correspondencia secreta y silenciosa con nosotros mismos, podremos sentir que nos vemos nosotros mismos por dentro e identificar nuestras culpas, arrepentimientos y dolor. Pareciera algo sencillo, pero surge una revolución interior que no tiene que ver con palabras, sino con el corazón.
    Hubo un experimento con un grupo de personas con diferentes experiencias emocionales destacadas, con pérdidas del pasado y del presente o dificultad futura como violación, divorcio, perdida de trabajo, etc. A la mitad se les pidió que escribieran veinte minutos diarios tres veces por semana pero que no escribieran sobre sus emociones.
    Al otro grupo se les pidió que escribieran sobre sus problemas, seis meses después el resultado fue que tuvieron tasas superiores de felicidad, mas bienestar, menos depresión y menos ansiedad, todos ellos no se quedaron atascados en el problema, hubo un aprendizaje que proviene de la escritura, ayuda a la gente a proponerse objetivos y avanzar.
    Parece que el proceso de vivir emociones, categorizar emociones, entender emociones empieza a activar nuestro cerebro para darnos cuenta de lo que estamos sintiendo y empieza a movernos desde nuestro interior hasta la acción. Es como cambiar nuestra experiencia emocional desde la base.

    Cuatro pasos para alcanzar la agilidad emocional:
    1.- Exteriorizar las emociones, aprender a aceptar como se sienten.
    2.- Alejarse, cuando tomas distancia, escribes o ves de manera objetiva tus emociones.
    3.- Preguntarte tus porqués, ¿cuáles son mis valores?, ¿qué quiero ser en esta situación? A los niños les podemos enseñar a exteriorizar sus emociones, a tomar distancia, a poner nombre a lo que sienten y a hacer elecciones conscientes.
    4.- Avanzar, ¿Cómo vas a hacer cambios profundos en tus hábitos?

    Estas son herramientas que pueden preparar a nuestros hijos y ayudarnos a los adultos a quienes no nos enseñaron a contactar con las emociones y con el corazón a sanar nuestras heridas.

     

    Por: Yvonne Bulnes Tanatología
    yvonnerosadecristal@gmail.com
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    Facebook: Tanatóloga Yvonne Bulnes

     

     

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