Durante la década de los ochenta, gracias al trabajo de un grupo de pedagogos e intelectuales, proliferaron los clubes de lectura en ciudades como Filadelfia o Chicago, en los Estados Unidos. Gracias a estos clubes, que consistían en leer un libro al mes y sentarse a platicarlo, ambas ciudades pasaron de ser de las menos lectoras a las más lectoras del país del norte. En el Jardín Botánico Culiacán estamos convencidos de que estas dinámicas pueden ser imitadas en nuestra ciudad y, a través de ellas, generar cambios de fondo en el tejido social. Por eso comenzamos por idear programas culturales que ofrecieran a la comunidad experiencias de lectura y luego nos dedicamos a conseguir los libros.

Leer es una experiencia vinculadora, similar a la de viajar. Es decir, una persona que comparte un libro con otra, está compartiendo una aventura, una vida diferente a la que estamos acostumbrados. Compartir un libro es pasearse junto por Troya, combatir molinos de viento en La Mancha, atravesar ríos de muerte y celebrar la vida en el paraíso, escalar una montaña mágica y beber aguas milenarias. Compartir lecturas es importante porque nos pone en unos mismos zapatos a todos, desde donde el mundo, se revela con nuevos significados.

La Biblioteca del Jardín Botánico Culiacán es un proyecto que venimos trabajando desde hace más de un año. Busca concentrar obras clásicas de distintas disciplinas, así como acervo especializado que logre atender a artistas, escritores, arquitectos, historiadores, niños y público en general. Así buscamos generar experiencias vinculadoras entre los distintos grupos que se acercan al jardín.

La oportunidad de incentivar la lectura en una ciudad con las características de Culiacán no debe ser tomada a la ligera. En ciudades como Medellín, en Colombia, los proyectos de Bibliotecas públicas han tenido un impacto tangible sobre los indicadores de violencia y seguridad. En específico, la Biblioteca España, instalada en el barrio Comuna 13, contribuyó a disminuir la tasa de homicidios más de diez veces y aumentar el nivel de vida de la comunidad, estableciendo dinámicas productivas, creando negocios de servicios e involucrando a la comunidad en el cuidado de la biblioteca. Los libros están para salvarnos.

En la Biblioteca del Botánico esperamos interactuar con la ciudad pues más importante que tener los estantes llenos de libros nos interesa que la comunidad se acerque a leer. Por eso no nos da miedo decir: ¡Cambiemos Culiacán a través de los libros!

Por: Alan Sobrino

Facebook e Instagram: BotanicoCLN

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