Ya sea para una reunión con buenos amigos, una cena con alguien especial o alguna celebración especial la mejor opción siempre será un buen vino, pero, ¿Cómo elegimos el vino perfecto para la ocasión?, ¿Cuántas variedades de vino hay para escoger?, ¿Joven o añejo?, ¿Tinto o blanco?, estas y una infinidad de preguntas más nos llegan a la mente, por lo tanto, hemos creado una lista de 3 pasos para elegir el vino perfecto.
Lee la etiqueta.
Antes que nada, debes saber que es lo que vas a tomar, analiza la etiqueta de varios vino para que entiendas las diferencias existen entre un vino y otro, aquí te damos una breve explicación para que puedas comprender mejor la etiqueta de un vino.
El cuerpo es determinado por el grado de alcohol en un vino. Hasta un 10.5% de alcohol es considerado un vino de cuerpo ligero, de 10.5% hasta 12.5% de alcohol se cataloga como un vino de cuerpo medio, y por encima de los 12.5% es un vino con cuerpo.
El año de la cosecha determina la edad que tiene el vino, un vino joven tiende a ser más fresco, con un ligero toque de acidez y sin mucha complejidad en el sabor, con un color rojizo brillante y cuerpo ligero o medio, mientras que los vinos maduros o añejos cuentan con mucho cuerpo, un color profundo y poco transparente, comúnmente con notas de madera dependiendo de la barrica o cava donde se añejó, así como bastante complejidad en el gusto y el olfato.
Cada vino tiene nombre y apellido, su nombre viene del tipo de uva que se utilizó para hacerlo, ya sea Pinot Noir, Malbec, Syrah, Merlot, Cabernet Sauvignon, etc. El saber si buscamos un sabor más dulce o más seco nos ayudará a elegir un vino, ya que cada uva crea un vino con un sabor diferente, existen vinos de una sola uva o mezcla de estas, aquí es donde definirás la región o la uva que prefieras.
Analiza el ambiente y la comida.
La idea es que vino, comida y ambiente se complementen, existe un tipo de vino para cada ocasión, ya sea una cena al aire libre, una reunión en casa, o en un restauran, se tiene que tomar en cuenta el ambiente en donde se va a tomar el vino, si es un ambiente caluroso y húmedo, la mejor opción podría ser un vino, blanco, espumoso o rosado. Si se trata de un lugar fresco es recomendable un vino tinto.
Siempre existirá la idea básica de “tinto con carne, blanco con pescado” sin embargo, esta no abarca la complejidad a la hora de elegir un vino con tu comida, ya que se debe tener en cuenta que la comida y el vino empaten, evitando que el sabor de la comida abrume al del vino y viceversa, debemos recordar que dependiendo del cuerpo o la intensidad de nuestra comida es como deberemos de elegir que vino será perfecto para balancear los sabores, por ejemplo, si el platillo es grasoso es mejor acompañarlo con un vino añejo, con cuerpo. Si es una cena ligera como ensalada o pasta, es mejor un vino joven con cuerpo ligero.
Entiende su color, olor y sabor.
El color de cada vino puede variar en tono, brillo, intensidad y transparencia, un vino en perfectas condiciones debe tener colores rojizos, los vinos frescos son más brillantes, mientras que los más intensos son profundos. Si el vino tiene un color ladrillo o café, es un vino en decadencia. Con los vinos blancos es recomendable buscar que sean color oro y no café, de lo contrario tendrá un sabor a óxido.
El olfato también es un punto importante al momento de elegir un buen vino, el aroma debe ser intenso, de manera que aun cuando lo alejes de tu nariz puedas percibirlo, tus gustos tendrán un gran papel en esta fase, ya que deberás analizar los aromas del vino y buscar los que te sean agradables, te atraigan y te provoquen. Para saber si un vino es o no es elegante, basta con olerlo, si desprende un fuerte olor a alcohol sabrás que no lo es, ya que este tendrá un sabor igual de fuerte que su olor, en cambio, si desprende sus aromas de manera sutil y puedes distinguir incluso algún ingrediente solo con olerlo, sabrás que es un vino elegante.
Por ultimo hay que entender su sabor, debe existir un equilibrio entre el alcohol, la acidez y la tanicidad, ninguna debe ser mas fuerte que la otra. La acidez la característica que destaca los matices de frutas, hiervas y especias, y la tanicidad es la sensación de aspereza y astringencia.
Analiza la textura en tu boca, busca que sea suave y aterciopelado, y considera la longitud del vino, ¿que tanto tiempo continúan los sabores y el aroma incluso después de pasar el vino por la garganta?, cuanto mas tiempo mejor, esto hace referencia a su calidad.
Al final del día, el que tendrá la última palabra serás tu, eligiendo el mejor vino en base a tus gustos personales y los sabores que desees, recuerda que elegir el vino perfecto puede ser algo incierto, todos buscamos algo diferente y una búsqueda toma tiempo, es importante perder el miedo a nuevos sabores y tratar de descubrir la infinidad de opciones que existen. Si ya conoces algunos parámetros de lo que te gusta, preguntarle al mesero del restaurant o al asesor de la tienda puede ser de gran ayuda.