DE LA CIUDAD MÁS VIOLENTA A LA MÁS INNOVADORA, MEDELLIN, COLOMBIA.

El pasado 14 de marzo, se presentó en nuestra Ciudad, Sergio Fajardo, docente, académico, matemático y político colombiano. Exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia. Su conferencia fue una inyección de entusiasmo para quienes estudiamos los procesos de innovación social como un mecanismo para transformar la sociedad.

Cómo ya se ha descrito en textos anteriores, la innovación social puede implementarse desde el sector empresarial, público o bien desde la sociedad civil. En esta ocasión, se pretende dedicar un espacio para analizar el impacto positivo que provocó en la Ciudad de Medellín la implementación de proyectos que tenía por objetivo la generación de espacios de co-creación y co-diseño entre ciudadanas y ciudadanos que se comprometieron a participar activamente en el diseño de soluciones a las problemáticas sociales de la ciudad.

Cabe señalar que Medellín, logro ser considerada como la ciudad más innovadora del mundo y de América Latina. Gracias a la implementación de proyectos que durante 20 años se focalizaron en dos temas principales: innovación en desarrollo urbano y resiliencia social. De estos ejes, derivaron diversos proyectos, sin embargo, destacamos una estrategia en particular, los denominados “Laboratorios de innovación”. Dichos espacios, formaron parte del programa, “Corporación Ruta N”, responsable de fomentar la ciencia, la tecnología y la innovación con un enfoque más desde los negocios y una clara orientación hacia el emprendimiento.

Estos laboratorios se implementaban en zonas de la ciudad que habían sido catalogadas como violentas y que además, se encontraban en situación de pobreza. El laboratorio funciona como un taller que reúne a expertos en tecnología, funcionarios públicos y ciudadanas y ciudadanos en general, con el objetivo de establecer a través de metodologías, espacios de dialogo, que tenían por objetivo analizar problemáticas sociales de la zona y como podrían resolverse a través del uso de la tecnología.

El impacto de estos laboratorios de innovación, radica en haber logrado acercar la innovación a la ciudadanía, de establecer lazos de cooperación con funcionarios públicos y de haber desarrollado en ellos la capacidad de diseñar soluciones a problemáticas sociales que los aquejan. Además, las iniciativas desarrolladas en ámbitos como: medio ambiente, mujeres, salud, movilidad y vivienda, entre otras. Recibieron acompañamiento por un periodo de un año, con la finalidad de garantizar su correcta implementación en el territorio.

Sin duda Medellín comparte con Culiacán una historia asociada a hechos violentos que suelen deteriorar el tejido social, sin embargo, ha demostrado que, a través de procesos de innovación social, es posible que la ciudad trasforme sus territorios y dinamice nuevas formas y prácticas de ciudadanía social.

Seguramente, estas metodologías encontrarán en nuestra ciudad el ecosistema adecuado para su implementación, ya que contamos con los actores suficientes para su desarrollo. A pesar de ello, aún hace falta en la agenda de Culiacán, mayor número de actores que promuevan la innovación social con el propósito de transformar nuestra realidad.

Dra. Yrasema Cruz Castellón.