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    Ejercicio físico después de la cesárea

    A diferencia del parto natural, la cesárea requiere más cuidados, y la recuperación es algo más lenta. Te decimos cuándo y cómo empezar a hacer ejercicio, cuáles son más efectivos, y cuáles están contraindicados.
    Un parto mediante cesárea supone una incisión en la pared abdominal y en el útero; es decir, es una intervención quirúrgica de la que el cuerpo de la mujer se tendrá que ir recuperando poco a poco. De hecho, acciones tan básicas como levantarse de la cama, o cualquier movimiento que suponga un esfuerzo abdominal, le costarán trabajo. Además, habrá que tener paciencia en el empeño de adelgazar ya que, al haber cortado los músculos anteriores del abdomen, se tarda más tiempo en perder el peso acumulado en esa zona.
    Por tanto, hasta pasado un mes y medio aproximadamente no es conveniente retomar las actividades habituales y, si nos queremos poner en forma, tendrá que ser paulatinamente y adoptando ciertas precauciones.
    El ginecólogo valorará el estado de la zona afectada e indicará cuándo estamos preparadas para poder hacer ejercicio; en un primer momento moderado. Los especialistas médicos coinciden en que lo más recomendable es esperar unos dos meses.
    Es fundamental obtener esa autorización profesional para evitar riesgos. Las principales complicaciones por realizar ejercicio físico tras una cesárea se darían sobre todo en la cuarentena; una vez superada esa fase, los problemas pueden ser menos visibles, como un prolapso de alguna víscera, hernias, diástasis de rectos, incontinencia.
    Consejos para recuperar la actividad física tras la cesárea
    Traer al mundo a un bebé por cesárea es sufrir una cirugía mayor que requiere de unos cuidados más delicados por tu parte, y hacer ejercicio es fundamental. Cuando das a luz a través de una cesárea, rompen los abdominales justo donde se unen a la pelvis; de esta manera, el músculo queda muy dañado. No recuperarlo puede suponer en un futuro problemas ginecológicos (descenso de los órganos ginecológicos), problemas urinarios (incontinencia, infecciones, molestias a la hora de mantener relaciones sexuales), problemas de espalda (dolor generalizado, lumbalgias, ciatalgias), problemas estéticos (aumento progresivo de la panza a lo largo del día, panza que no desaparece con dietas, flacidez, o cicatrices dolorosas y engrosadas), diástasis de rectos, hernias abdominales.
    Para la recuperación tras una cesárea algunos ginecólogos también recomiendan usar prendas de compresión (medias, fajas, shorts), que te pueden aportar más seguridad a la hora de realizar ejercicio físico. Consulta con tu profesional médico para que te indique su conveniencia, qué tipos debes adquirir, o durante cuanto tiempo es aconsejable su uso.
    Seguro que durante el proceso te encuentras con algunas barreras físicas, porque te fatigues con facilidad, o con ciertos problemas emocionales que te hagan sentir más sensible o desmotivada. Además, te puede costar encontrar el tiempo para hacer ejercicio. ¡Sigue adelante y no te desanimes!
    Y no te impacientes si tardas en ver los resultados en tu figura; dependerá mucho de tu propio cuerpo, y de si ya estabas más o menos en forma antes del embarazo. Por último, no te olvides de que debes acompañar la actividad física con una buena alimentación.

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