El duelo es un proceso, no un estado.

Anne Grant mencionó esta frase y considero que cobra sentido cuando perdemos a alguien o algo que queremos mucho.
El ciclo de la vida considera invariablemente la pérdida. Tener y perder cosas o personas que nos importan es una alternancia inevitable en el vivir. De ambos fenómenos hoy nos referiremos a la pérdida, experiencia considerada una de las más intensas y que pueden marcar un antes y un después en nuestras vidas.
El duelo es un proceso interno que se produce ante la pérdida de una relación afectiva, sea del tipo que sea, pudiendo ir desde la pérdida de un empleo, un cambio de residencia, una ruptura amorosa hasta la muerte de un ser querido.
Por lo tanto, haremos un proceso de duelo ante todas y cada una de las pérdidas que vayamos teniendo a lo largo de la vida. Por supuesto, hay pérdidas con mayor importancia que otras y que por lo tanto sentiremos su duelo con mayor intensidad.
¿y por qué hablar sobre el duelo? Elisabeth Kübler-Ross, fue una de las mayores expertas y elaboró cinco etapas: negación, ira, negociación, depresión y finalmente aceptación.
Es importante tener en cuenta que las fases del duelo no ocurren necesariamente de forma sucesiva, sino que pueden darse varias al mismo tiempo, incluso retroceder. Lo mismo ocurre con las tareas, el orden, el tiempo y la manera en que se realicen serán particulares de cada persona.
El proceso de duelo es individual, no habiendo ni una forma correcta, ni una sola forma de producirse.
La persona que pasa por un duelo no sólo ve su vida alterada a nivel psicológico con sentimientos de tristeza, melancolía, apatía, culpa, nerviosismo, irritabilidad, sensación de vacío, estrés o pérdidas de interés en actividades cotidianas de la vida, sino que además se ve afectada por patologías como cefaleas, cansancio, trastornos del sueño (experimentar hipersomnia o insomnio) y tener cambios en el apetito de la persona, etc.
Hay que mencionar que ningún proceso de duelo es igual. Este puede variar en la intensidad y la duración. Tienes que aceptar tu proceso de duelo y vivirlo en plenitud con todos los cambios y emociones que trae consigo.
La intensidad con la que se viva el duelo es una indicación de cuán importante fue para ti esa persona, ese trabajo, ese sueño o esa ilusión.
Es así como el duelo te puede ayudar a entender cuáles son las cosas que son significantes para ti, lo que realmente valoras y esto puede guiar tus decisiones en un futuro.
Cursar este proceso será, a lo menos, intenso y el puerto de llegada al que nos lleve, para que sea el mejor posible, requerirá de la disposición a expresar a quienes nos den confianza y apoyo, lo que nos ocurre en este viaje.
Hay pérdidas que dejan una huella enorme y puede cambiar el rumbo de nuestra vida. Ante estas situaciones es recomendable e importante recibir apoyo de especialistas en la salud mental.
Por último, me gustaría recomendarte lo siguiente: el acudir a terapia será de gran utilidad ante este proceso que estás viviendo.
La terapia emocional es un buen camino para ayudar a las personas a sobrellevar de mejor manera el proceso de duelo. En este sentido, es importante reconocer que cada persona es un mundo diferente y tiene su propio proceso, necesidades y formas de afrontar el duelo, por lo que la terapia debe de adaptarse a eso.
Sé empático y respetuoso con el proceso que está viviendo otra persona.

Por: Psic. Anna Alejandra Urquídez Jiménez

Psicóloga Clínica
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