En nuestra sociedad, los abrazos generan uno de los vínculos más intensos que podemos expresar con cualquier persona que amamos o queremos. Son capaces de transmitir la sensación de honestidad, el sentimiento del amor o la carga de dolo. Un abrazo transmite más que mil palabras en un adulto. Pero en un bebé o un niño, es el vínculo o lazo más grande y profundo que conecta con la madre, el padre y los abuelos. En los bebés los brazos representan seguridad. Ellos estaban conectados con nosotros como madres y nuestros latidos del corazón les comunican tranquilidad o intranquilidad. Los padres que piensan que un chiquitín por ser un bebé “no sabe”; sin embargo, perciben los tonos de voz y los latidos del corazón. Un bebito del que se afirma “que llorón es” puede ser una indicación que lleve a los padres a revisar sus emociones, a plantearse con quienes están molestos o quienes los han alterado. Al final, un bebé sano no es llorón. Simplemente no comprende lo que está pasando en su entorno donde la seguridad proviene de sus padres. Un abrazo es un acto sencillo y gratuito que nos brinda más beneficios que muchas terapias.
Somos por naturaleza, seres emocionales para los que el contacto físico es primordial. En el transcurso de la vida de un bebé, de un niño o de un joven. Recordemos que los abrazos son una forma de comunicarnos y de expresar a otros nuestros sentimientos.
5 Beneficios del abrazo para los niños
1.Generan una sensación de protección y seguridad
Los abrazos representan el amor y la seguridad que los padres están obligados a dejar grabado en su psique. Al recibir un abrazo, el organismo libera oxitocina, una hormona conocida como “la hormona del amor”, que genera una profunda sensación de bienestar.
2. Estimula la autoestima
Los abrazos ayudan a reforzar los lazos fraternales y a mejorar la autoestima, además de darnos mensajes como “te amo, me importas, te quiero, me preocupas, TU PUEDES”.
3. Hacen más felices a los niños
Los abrazos activan las endorfinas, responsables de aumentar la sensación de alegría y plenitud y disminuir la de ansiedad o tristeza. Si quieres restablecerle a un niño su alegría y animosidad, bastará con que lo tomes entre tus brazos y lo estreches con mucho amor; para que deje de sentirse triste o decaído. Un buen abrazo le aportará apoyo, comprensión y le reconfortará.
4. Fortalecen la unión familiar
Mejora la unión entre padres e hijos y fomenta el apego en la familia. Inclusive, los niños que se crían en un ambiente donde las manifestaciones de amor son un hábito constante; en el futuro formarán familias con esa misma tendencia. Los vínculos que propician los abrazos crean nexos afectivos cercanos y sinceros, que logran unir a la familia.
5. Reducen la ansiedad y el estrés
El contacto físico reduce la producción de una hormona, cortisol, que favorece el estrés, y aumenta las hormonas encargadas de producir sensaciones de bienestar. El poder del abrazo le hace sentir al niño que no está solo, que tiene a alguien con quien puede contar y le abre el camino para que pueda expresar todo lo que siente; recuperando su equilibrio interior que en los pequeños es un tanto difícil de gestionar.
Este último año ha sido muy duro, pero sobre todo para los niños que no alcanzan a comprender qué es lo que está pasando ni por qué razón dejaron de ver a sus maestros, amigos y familiares. Por eso, lo mejor que les puedes regalar este 30 de Abril es un gran abrazo. Un abrazo de oso. Pero sobre todo, un abrazo de madre.
Por: Erendira Paz
Psic. Clínica
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