POR: Ing. Brenda C. González León, presidenta de Huellita Con Causa IAP
“Todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen derecho a la existencia
(Artículo 1)Todo animal perteneciente a una especie salvaje tiene derecho a vivir
libre en su propio ambiente natural, terrestre, aéreo o acuático y a reproducirse
(Artículo 4).” Esto nos señala la Proclamación de la Declaración Universal de los
Derechos de los Animales aprobada por la UNESCO y posteriormente por la ONU.
Lamentablemente en México y en muchos países, dichos derechos no son
respetados y no solo me refiero a los animales domésticos como perros y gatos, si
no a las condiciones de vida de los animales de producción, animales de trabajo y
de fauna silvestre en cautiverio. Tal parece que nuestra propia evolución humana
nos alejó de la protección del resto de las especies con las cuales, cabe aclarar,
compartimos hasta el 99% de ADN.
5 de noviembre de 2001 el diario El País en España informaba de la siguiente
noticia:
“Unos desconocidos cortan las patas con una sierra a 15 perros de la protectora
de Tarragona. «No se entiende -explica Anna Duch, presidenta de la protectora-,
vinieron a hacer daño, sólo a hacer daño. Porque si lo que querían era matarlos,
les podían dar un golpe en la cabeza, los podían envenenar, pero esto…». Un
trabajador del centro descubrió el sábado a primera hora de la mañana los
cuerpos de los 15 perros, algunos de ellos todavía vivos. «No se quejaban, incluso
algunos menearon la cola al vernos a nosotros y al veterinario.» Muchos habían
muerto desangrados, pero los que sobrevivieron tuvieron que ser sacrificados para
evitarles sufrimiento.”
Si, tenemos responsabilidades morales para con los animales, compartimos con
ellos la capacidad de sufrir. A pesar de que la mayor parte de los humanos pueda
ser superior en cuanto al razonamiento y otras capacidades intelectuales respecto
de los animales no humanos, esto no es suficiente para justificar la línea que
hemos trazado entre humanos y animales.
Como especie evolucionada, los seres humanos tenemos la obligación de
proteger a los animales. Sin embargo, no seremos capaces de abordar
convenientemente los derechos de los animales, no hasta que no nos olvidemos de
de la vieja moral y construyamos una nueva, fundamentada en la compasión y el
sentido común.
Te invito a darte la oportunidad de mirar a los ojos a un animal, sea de compañía o
cualquier especie, obsérvalo, mira sus ojos y pregúntate a ti mismo si ese ser vivo
es o no acredor al derecho de tener bienestar y sus 5 libertades. Date la
oportunidad de hacer la Conexión.
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