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    Trastorno por ansiedad generalizada

    “La ansiedad es la incertidumbre en busca de seguridad”
    (Dicho Popular).

    Creo que es conveniente estar informados de temas de salud, pues nuestro cuerpo es un vehículo que nos acompaña en esta vida y por ello es importante estar atentos a todas las áreas que a él se refieren: física, mental-emocional, social, espiritual… y quiero compartirte un tema que está relacionado con la mente y las emociones, el cual, si no se controla, puede llegar a afectar nuestro cuerpo, nuestro espíritu y nuestra parte social… te hablaré del Trastorno de Ansiedad Generalizada.
    ¿Qué es la Ansiedad? La Real Academia Española nos dice que es el estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo. Ésta puede acompañar a muchas enfermedades.
    Podemos sentir ansiedad ante diversas circunstancias… situaciones de la vida diaria y en otras ocasiones por eventos que surgen de repente y no los esperábamos. Hay momentos en que una persona puede sentir ansiedad y no identifica por qué; la ansiedad surge de repente y el individuo no reconoce qué la pudo originar, de dónde viene… solamente presenta los síntomas y podemos decir que la causa puede estar a nivel inconsciente.
    Por otro lado, consideramos un trastorno mental cuando hay una perturbación de las funciones psíquicas lo cual conlleva a una alteración o desorden en la conducta.
    No siempre el sentir ansiedad se diagnostica como un trastorno. Y trastornos de ansiedad existen varios como: crisis de angustia, agorafobia, fobia específica, fobia social, trastorno por estrés postraumático, trastorno por ansiedad generalizada… nos enfocaremos en éste último.
    Las características del Trastorno por Ansiedad Generalizada de acuerdo al Manual
    Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría son:
    •Sentir ansiedad y preocupación excesivas sobre una variedad de acontecimientos o actividades (rendimiento laboral, escolar…) que se viven más de seis meses.
    •A la persona que vive en este estado, se le dificulta controlar su constante preocupación.
    •La ansiedad y la preocupación están asociados a tres o más de los siguientes síntomas (en niños sólo se requiere uno de éstos): inquietud o impaciencia; cansancio fácil; tensión muscular; irritabilidad; dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco; alteraciones del sueño (insomnio o sensación de no haber descansado a pesar de dormir).
    •La ansiedad, la preocupación y los síntomas físicos producen un malestar clínicamente significativo o deterioro en alguna de las áreas de la persona (social, laboral, escolar o alguna otra actividad significativa).
    • Es importante tomar en cuenta que estos cambios no sean debidos a efectos de alguna sustancia como medicamentos o drogas o que se deriven de alguna enfermedad física.
    •Hay que descartar que no se trate de algún otro trastorno de ansiedad como los mencionados en el párrafo anterior.
    La preocupación es una cadena de pensamientos e imágenes cargados de efectos
    negativos y relativamente incontrolables. La persona se siente en un problema para el cual anticipa un resultado perjudicial que en muchas ocasiones no llega a suceder, y ese desenlace, que supone el individuo, se crea debido a sus creencias y pensamientos.
    Si te encuentras en esta situación, ¿qué puedes hacer?
    Por lo que menciono en el párrafo anterior, puedes trabajar la solución de problemas y, por otro lado, ocuparte de las creencias, las cuales originan tus pensamientos y debido a lo que piensas, es cómo te sientes.
    Para trabajar en la solución de problemas:
    1. Primeramente, es darte cuenta y reconocer que tienes un problema.
    2.Oriéntate hacia el problema, haz un análisis de los pensamientos, sentimientos, síntomas y conductas que surgen durante los episodios de ansiedad, y a partir de este análisis…
    3.Define el problema; genera soluciones alternativas; toma una decisión y llévala a la práctica; evalúa la solución.
    Para el trabajo con las creencias:
    1.Escribe los pensamientos que acompañan a un episodio de ansiedad.
    2. Analiza cada uno preguntándote: ¿es real o está distorsionado?
    3. Si es real, trabaja en la solución como anteriormente lo expliqué. Si el pensamiento está distorsionado, cámbialo por uno más realista y positivo.
    Estas técnicas que te comparto, se pueden leer sencillas, pero cuando una persona se encuentra involucrada en este tipo de situaciones, realmente se le puede llegar a dificultar llevarlas a cabo; no hay que juzgarlos por ello porque lo que está pasando en su mente, así como en su cuerpo, muchas veces lo podemos entender hasta que uno mismo lo vive. Mejor, si conoces a alguien con una situación así o eres tú, y le(s) resulta difícil controlarlo, es conveniente pedir ayuda a un profesional.
    Nota: la información aquí contenida es meramente informativa; para un diagnóstico es necesario recurrir a un psicólogo, psiquiatra o neurólogo.

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