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    “Yo deseo que tengas salud…”

    Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.

    3 Juan 1.2

     

    ¿Qué tan importante es para ti tu salud? Empiezo este artículo con esta pregunta porque definitivamente para Dios sí es muy importante que estemos bien en todas las áreas de nuestra vida, tanto que en el pasaje con el que iniciamos este texto así lo dice; desea que en todo lo que hagamos seamos prosperados, es decir, que nos vaya bien y que el fruto de nuestro trabajo diario sea gratificante; desea que tengamos salud pues sin ella no podemos funcionar correctamente y si no, detente un momento y ponte a pensar qué tan efectivo puedes ser cuando te duele la cabeza o te sientes mal del estómago, cuando un día te sientes tan mal que no puedes ni salir de la cama y ya no menciono cuando nos dan la noticia que tenemos una enfermedad que necesita cuidados especiales, primero se nos mueve el piso y después tenemos que hacer un doble esfuerzo por producir como normalmente lo hacemos y luego enfocarnos en sanar, así que es indispensable la salud y luego dice Dios, que seas prosperado en todas las cosas, que tengas salud, así como cada día prospera tu alma. ¿Cómo logra eso el alma? Con la meditación, oración, equilibrio y cuidado de ti mismo.

    Sin embargo, estas cosas no las conseguimos como si fuera un cuento de hadas y con una varita mágica todo apareciera, se necesita de nuestro trabajo diario en enfocarnos en estar bien porque por tener y hacer mil cosas nos descuidamos cuando somos lo primero que tenemos que cuidar, nuestra salud es el motor que nos permite tener todo lo demás y no podemos darnos el lujo de perderla porque sin ella no se logra lo demás. Y no es un artículo depresivo sino motivador, alentador y para que se enciendan las alarmas de nuestra conciencia de manera que, si por la prisa de vivir día con día supliendo las necesidades de los demás nos hemos puesto en último lugar, sin egoísmo nos vayamos al lugar número uno y nos pongamos en acción.

    Y como siempre vamos a ver qué podemos hacer para conservar la salud o bien para empezar a cuidarnos si por ahí nos descuidamos un poquito y sin querer somos un estuche de malos hábitos, algunos científicos dicen que en 21 días logras establecer un nuevo hábito, otros dicen que en 30 lo importante es iniciar hoy con esos pasos que nos permitirán gozar de buena salud.

    Primeramente, cuida tu cuerpo y estoy hablando de la alimentación en general, menos grasas, menos azúcar y comidas con alto contenido calórico y más vegetales, frutas, carnes blancas y buena hidratación, tus comidas no deben ser abundantes, sólo come lo necesario, porciones que te hagan sentir satisfecho, cada quien conocemos nuestro cuerpo y la finalidad no es que nos veamos como súper modelos, pero sí estar sanos. Muévete y haz ejercicio, que es el complemento de tu alimentación, las personas ponemos muchas excusas para no hacer ejercicio y es tan excelente antídoto para la depresión, estrés, tristeza etc., porque genera sustancias en tu cuerpo que te hacen sentir más feliz y te da energía. Te invito a que lo hagas, puedes caminar, nadar, hacer yoga, meterte a un gym y así te relacionas con nuevas personas. Duerme mucho y un poquito más porque el sueño es tan importante y regenerador como el alimento, no te prives de muchas horas de sueño y te sentirás lleno de energía. Tómate tu tiempo para meditar, estar a solas contigo mismo, el tiempo de calidad que pasamos con nosotros es como si nos conectáramos a la corriente eléctrica y cargáramos la batería de las ideas y el buen ánimo. Disfruta del paisaje como esté tu cielo cada mañana y cada noche, admíralo… disfrútalo… agradécelo. Sonríe, sonríe y vuelve a sonreír, porque nada hay más bonito que encontrarte con personas alegres y felices que te regalan su mejor sonrisa cuando te encuentras con ellos.

    Les aseguro que estos pasos tan sencillos son fáciles de hacer y está comprobado que es más fácil conservar la salud que los esfuerzos que tenemos que hacer para recuperarla.

     

    Por: Lic. Olga Beatriz Pérez Berrelleza

    Facebook: Olga Beatriz Pérez Berrelleza

    Twitter: @olguitabpb

     

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