Decía el pintor francés Marc Chagall que los colores son la vida y no podemos quitarle la razón, forman parte de nuestro día a día. En todo lo que nos rodea hay color y un simbolismo psicológico que muchos se empeñan en descifrar. Precisamente, la psicología del color se encarga de ello, de indagar en los significados, los matices y las impresiones de los colores.
¿Qué nos evocan y hacia dónde nos llevan? ¿Por qué elegimos un color u otro para vestirnos o decorar nuestra habitación? E incluso, ¿cómo transmitir una sensación a partir de los colores de un logo o una marca?
Los colores nos hablan, aunque no los escuchemos. Tienen su propio lenguaje. Los pintores y artistas creativos lo comprenden muy bien, son sus grandes aliados. Incluso el mundo del márketing y de la moda también están interesados en ellos. De ahí que a lo largo de la historia se hayan realizado diferentes estudios e investigaciones para explicar cómo nos influyen. Lo veremos a continuación.
La psicología del color es un campo de estudio que analiza cómo percibimos los colores y cómo estos influyen en nuestras emociones y conducta. Si bien, cada vez hay más estudios, es cierto que existen varios aspectos subjetivos, razón por la que algunos consideran a la psicología del color como una pseudociencia.
El interés por el universo de los colores viene desde antaño. Por ejemplo, los egipcios creían que tenían propiedades curativas y que a través de ellos se podían favorecer ciertos estados emocionales y de conciencia.
Sin embargo, fue realmente Goethe uno de los primeros en interesarse por el análisis del color desde una perspectiva psicológica. De hecho, formuló su propia teoría del color, como oposición a la visión física de Newton. En ella, afirmaba que el color dependía también de nuestra percepción, en la que estaban involucrados el cerebro y el sentido de la vista, pero fue bastante criticada por la ciencia, ya que no tenía base científica.
En la actualidad, es el ámbito del márketing el que más se enfoca en la percepción del color y su influencia.
“El color es un medio para influir directamente en el alma”, decía Wassily Kandisky. A día de hoy se reconoce que el color es mucho más que un efecto óptico, ya que estimula al cerebro de diferentes formas.
Cada color tiene un significado propio e impacta en el cerebro de una determinada manera. De hecho, la Unidad de Medicina de la Universidad de Harvard ha demostrado que la luz roja tranquiliza y favorece un estado de alerta y rendimiento agudo, mientras que la luz azul es capaz de excitar al cerebro y activarnos.
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