Si quieres mejorar tu relación con los alimentos para comer sin ansiedad te conviene seguir un plan que refuerce tu conexión con los sentimientos. De esta manera cuando se presente hambre emocional –la que se relaciona con las necesidades emocionales y no con las necesidades fisiológicas reales– serás capaz de reconocer la sensación y evitarás comer sin hambre real. Este plan en siete pasos te ayudará a lograr este objetivo.
Cuidarse es una forma de nutrir la relación con uno mismo y con las propias emociones. Significa dedicarse tiempo, tomar conciencia de uno mismo, observar y escuchar las propias necesidades.
Si quieres empezar a reducir el consumo de los alimentos “recompensa” (dulces, etc.) que apetecen con hambre emocional, rodéate de alimentos naturales y deliciosos como las frutas y las verduras bien preparadas. Son alimentos saciantes por su contenido en fibra.
Cuando la urgencia por picotear nos inunda suele haber mucho ruido mental. Por lo tanto, unas de las mejores herramientas para evitar el hambre emocional son las técnicas de relajación o basadas en la conciencia y atención plena. Ante la agitación, el anclaje en el presente es fundamental. Nos ayudará a tomar mayor conciencia de nosotros y de nuestra necesidad, alimentaria y/o emocional.
Es la mejor herramienta terapéutica que existe. Nos ayuda a generar introspección, a conocernos mejor y a conectar con aspectos a los que nos cuesta tener acceso durante el día mientras funcionamos con el piloto automático.
El movimiento puede ser un aliado genial y un factor protector del bienestar emocional. Con la actividad física nuestro sistema nervioso genera más endorfinas, las conocidas hormonas de la felicidad. Por lo tanto, movernos nos ayuda a estabilizar nuestro estado anímico.
Pero ¡que sea un ejercicio que te guste! Prueba, por ejemplo, con un paseo por un parque cercano donde el verde sea protagonista.
Tal como funcionamos durante el día y las exigencias actuales es importante aprender a planificarnos y organizarnos, anticiparnos a la dificultad y no dejarnos de lado a nosotros mismos.
Hay alimentos que, por sus nutrientes, pueden contribuir positivamente a nuestro estado anímico. Por ejemplo, el triptófano es un aminoácido esencial encargado de sintetizar la serotonina, el principal neurotransmisor que, entre otras funciones, mantiene el equilibrio del estado anímico.
De todas maneras, depende de otros nutrientes también, como por ejemplo el magnesio. Contienen triptófano el plátano, las nueces y las legumbres, entre otros alimentos. Pero no se trata de abusar de ellos, sino de tenerlos presentes en la dieta para que nos ayuden a sentirnos mejor.
*Con información de CuerpoMente*
Tercera parte de la serie: de la admiración por las estrellas a la divulgación de…
Es el título de una gran pedagoga francesa, Francoise Dolto; y es que es verdad,…
¡Impulsa lo hace de nuevo!, en esta ocasión trae el confort de unas vacaciones permanentes…
El restaurante-bar El Guayabo famoso por sus deliciosos pollos y bebidas, funge como un entrañable…
Seguramente Sael Arakc Maldonado Elías te ha sacado alguna carcajada con sus entretenidos videos, pero…
Bricia Palmira López García es una sinaloense con mucha pasión por lo que hace y…