Víctor De Rueda es un experto en lo que hace. Su trabajo y profesionalismo lo respaldan, y por ahí dicen que una imagen dice más de mil palabras. Solo él, su equipo de trabajo y las personas que se dedican a su profesión saben realmente la dedicación que toma crear un concepto, jugar con materiales, colores, iluminación y, por supuesto, echar a volar tu imaginación. En entrevista para Revista Gente Sinaloa, nos comparte un poco de su gran experiencia, trayectoria, un par de anécdotas y buenos consejos para quienes deseen seguir sus pasos en el maravilloso mundo del interiorismo. Estudió negocios internacionales, pero su verdadera vocación la encontró desde muy temprana edad en lo que ahora es una valiosa carrera en Diseño de Interiores.
Orgullosamente mazatleco y sumamente apasionado por su labor, Víctor se considera una persona relajada y sencilla, pero a la vez muy enfocada y profesional. Estudió en la ciudad de Los Ángeles, California, una ciudad que impactó significativamente en su estilo; le enseñó a mantenerse siempre a la vanguardia y a trabajar con los mejores estándares de calidad, los cuales le han servido para llevar su empresa. Debemos destacar que uno de sus pasatiempos favoritos es viajar para empaparse de nuevas culturas. Es alguien curioso al que le encanta descubrir qué le depara el destino que visita. Cuando regresa de sus viajes, le gusta hacer una retroalimentación de todo lo que conoció y profundizar en temas de historia, arte, gastronomía y vinos, empapándose de lo aprendido y, posteriormente, aplicándolo como inspiración en sus ambiciosos proyectos.
¿Qué te inspiró a convertirte en diseñador de interiores?, y ¿de dónde nace la fascinación por conocer el mundo?
Desde niño, gracias a mis padres, tuve la oportunidad de recorrer varios países y continentes, y tuve la virtud de ser muy observador. Gracias a ello, despertó en mí la fascinación por conocer. Hay algo que me dijo un amigo que se me ha quedado muy grabado: “No todo el que ve, observa”. Creo que eso es una realidad. Desde muy pequeño, me fijaba mucho en los interiores de los hoteles, restaurantes y museos. Es un don que tuve guardado, pero en la vida, si tú escuchas tu voz interna, todo será mejor.
Estudié negocios internacionales, pero siempre tuve esa semilla guardada. Si uno aprende a escucharse, puede desarrollar cosas impresionantes, porque, sin tener el entrenamiento de ser diseñador de interiores, he sabido cómo manejar un gran equipo y crear todo un concepto, una marca de diseño que hoy en día es muy reconocida a nivel noroeste en México.
Viajar es parte de mi trabajo; es una inversión que haces para tener en tu mente todas estas imágenes: desde cómo se tiende la cama de un hotel, cómo sirven la mesa en un restaurante, cómo es el centro de mesa, cómo son las copas de las bebidas. Todo esto es muy importante. Siento que es como una computadora que va guardando esto en mi mente. De hecho, no soy mucho de tomar fotografías; trato de no perder el momento. Todo forma parte de un espacio, no solo el mobiliario, la atmósfera es lo que realmente hace un espacio, su gente, la iluminación y muchos más detalles.
¿Cómo influye tu origen mazatleco en lo que haces?
A mí, Mazatlán me ha ayudado mucho a abrirme puertas, gracias a las relaciones de mi familia; tengo que ser muy honesto con eso. Mazatlán ha sido muy generoso, y eso también nos ha dado mucha proyección hacia muchas ciudades, gracias a los proyectos de alta calidad que hemos realizado aquí. Me inspira mucho el centro histórico; su estilo Old Mazatlán es realmente precioso, con toques tropicales y una arquitectura clásica. Es un estilo muy fino que me sirve de gran inspiración en mis proyectos.
Considero que al estilo Old Mazatlán no se le ha dado la importancia que merece. Hay mucho por hacer. Nosotros hemos tenido la oportunidad de trabajar en proyectos que han dejado huella, como Casa 46, y hoy en día estamos involucrados en el primer hotel boutique que habrá en el centro histórico. Me siento muy orgulloso, porque es un proyecto que promete cambiar la cara del centro histórico, y me gustaría ver más proyectos que busquen crear una ciudad más homogénea en cuestión arquitectónica.
¿Qué elementos culturales has incorporado de tus viajes en tus diseños?
Los viajes son para mí la principal fuente de inspiración. No hay algo específico en todos los viajes que hago; siempre hay elementos naturales, materiales y diseños que forman parte de la inspiración para mis proyectos y que, cuando regreso, trato de transmitir esa información a mi equipo. Concluyentemente, cuando viajo, trato de entablar esas ideas con mi equipo en sesiones de diseño para educarlos sobre estos temas y poder aterrizarlas en nuestro trabajo, ya sea incorporando el diseño con materiales locales o buscando proveedores, todo con el fin de crear una idea.
“No hay nada mejor que ser tu propia competencia. Si tú eres tu propia competencia, ya estás del otro lado.”
¿Hay algún artista o movimiento artístico que te inspire en tu trabajo?
Definitivamente, uno de los movimientos arquitectónicos y de diseño que más me gustan es el modernismo que surgió después de la postguerra en Estados Unidos, sobre todo en California, en lugares como Palm Springs, con grandes arquitectos como Richard Neutra y grandes diseñadores de mobiliario como Charles y Ray Eames. Toda la estética de este periodo, que abarca desde los años 50 hasta aproximadamente 1965, me parece fascinante y ha sido una fuente de inspiración para grandes diseñadores, arquitectos e interioristas en los proyectos residenciales y comerciales que vemos hoy. Es un sello que se quedó para siempre, los clásicos modernos, por así decirlo, y mantengo elementos de esos tiempos guardados en mi colección privada.
¿Cómo te mantienes actualizado sobre las tendencias en diseño de interiores?
Invirtiendo en asistir a ferias de diseño importantes y en mis viajes, trato de hospedarme en hoteles con buen diseño, así como de ir a restaurantes y eventos que sé que me mantendrán en contacto con lo nuevo, con diseñadores y artistas. Esa es una gran forma de mantenerse actualizado hoy en día. También me gusta ver libros y revistas de diseño vintage; hay muchas cosas en las que puedes inspirarte.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere iniciar una carrera en el diseño de interiores?
Primeramente, no es fácil. Es un largo camino; hay mucho que aprender en todos los procesos. Es algo que tienes que ir viviendo, y únicamente a través de experiencias con proyectos reales puedes crecer como diseñador. Lo que a mí me ha funcionado mucho es no fijarme en lo que los demás están haciendo. Trato de empujarme a ser cada vez mejor, de crear mi propio estilo y tener mi propia esencia. Tienes que desarrollar tu propio sello, tu propia firma, tu propia fórmula. No te dejes contaminar por lo demás, y haz que tu equipo crezca y se vuelva mejor. Hacer todo de manera impecable es fundamental; un cliente satisfecho implica mil recomendaciones, y así es como hemos crecido a lo largo de los años, clientes que de boca en boca nos han recomendado por nuestro profesionalismo.
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