Carl Jung, decía: ‘’conozca todas las teorías, domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana.’’
Cada 20 de mayo se celebra el Día de la Psicóloga y el Psicólogo en México, gracias a que en 1998 lo estableció la Federación Nacional de Colegios. Sociedades y Asociaciones de Psicólogos de México.
Sin duda alguna ser parte de esta profesión es uno de los privilegios más grandes que he tenido. Hacerla parte de mí, de mi día a día, es la confirmación más satisfactoria de pasión, compromiso y contribución a otras personas para que puedan tener paz, equilibrio y encuentren soluciones. Pero, en este inter también me gustaría decir que cada ser humano tiene algo que aprender, pero siempre algo que enseñar, lo que hace que en esta profesión aprendamos de todas y de todos.
Recuerdo que cuando me gradué de la licenciatura, un buen maestro mencionó: ‘’la psicología es un estilo de vida’’, después de tantos años me he dado cuenta de lo real que son sus palabras, porque sí, la psicología se vuelve un estilo de vida.
Porque el camino que recorre un psicólogo no es sencillo, pero siempre suele ser enriquecedor. Cabe mencionar que durante los últimos años la labor del psicólogo ha ido en aumento, pues, durante pandemia muchas personas comenzaron a solicitar acompañamiento psicoterapéutico debido a todo lo que estábamos viviendo en ese momento, y a nosotros como profesionistas en la salud mental nos hizo abrir nuevas fronteras y apegarnos mucho a la tecnología para así comenzar a establecer la facilidad de tomar terapia desde tu hogar (terapia en línea). Muchas personas comenzaron a ocuparse en su salud mental.
Aunque también, en ocasiones te topas con personas que creen que el ser psicólogo te hace inmune a perder los estribos, a deprimirte, a estresarte, a sentir angustia, entre otras, pero la verdad es que no. Las y los psicólogos también pasamos por situaciones que nos lleva a sentirnos así, pero es por eso que el profesional en la salud mental también debe de ir a terapia.
El día que se normalice el cuidado de la salud mental, como debería, sería un gran obsequio para la humanidad. Algo que sí he notado y me llena de regocijo es ver que muchas personas se han atrevido a acercarse con un profesional en la salud mental a solicitar ayuda, y que a través de espacios psicoeducativos han comprendido que el pedir ayuda está bien, que no es malo.
Hoy celebro todas las ramas de la psicología, desde la clínica, organizacional, educativa, deportiva, entre otras, porque todas son importantes y todas aportan algo a la sociedad.
Celebro la profesión que me brinda la oportunidad y la dicha de poder ayudar a otros y de acompañarlos en su proceso, manteniendo la esperanza de que sí se puede vivir mejor.
Aprovecho el espacio para agradecer a cada uno de mis pacientes su confianza, compromiso, honestidad y esfuerzo. Como les digo en su lugar seguro: ¡Felicidades por tu valentía y coraje, no todos se animan a pararse aquí!
Ser psicólogo no te hace inmune a nada, te vuelve más empático, perceptivo, humano. ¡Muy feliz día, colegas! Permítanse sentir, porque validarlo está bien.
