Cuando los niños entran en la pubertad (entre los 9 y 13 años), esa dulce etapa en la que están dejando de ser niños, pero aún no son adolescentes, comienzan a experimentar una serie de cambios emocionales, de comportamiento y físicos. Entre estos, algunos de los más notorios son la aparición de acné en el rostro, olores fuertes, puntos negros…
