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    Hoy tengo que decirte papá…

    Octavio Paz, en su poema Junio, presagia “Bajo el cielo fiel Junio corría arrastrando en sus aguas dulces fechas…”.  Ya en algún número anterior había dejado entrever el encanto que tienen los meses, hay quienes se asustan por que el tiempo va carrereado y nosotros caminamos con la prisa que lleva la calma; la vida no es una carrera de velocidades, la vida es un camino.  Junio, Dulces aguas y dulces fechas.

    “In my younger and more vulnerable years my father gave me some advice that I’ve been turning over in my mind ever since. «Whenever you feel like criticizing any one, » he told me, «just remember that all the people in this world haven’t had the advantages that you’ve had. »” Así se asoma el primer párrafo del primer capitulo de El gran Gatsby de Fitzgerald, pero también brota una frase de sabiduría inaudita y sumamente aplicable.

    En “Carta al padre” de Kakfa, hay todo un reclamo y una fragilidad de carácter notoria: “Me preguntaste una vez por qué afirmaba yo que te tengo miedo. Como de costumbre, no supe qué contestar, en parte, justamente por el miedo que te tengo, y en parte porque en los fundamentos de ese miedo entran demasiados detalles como para que pueda mantenerlos reunidos en el curso de una conversación.”  El mismo sentimiento padeció Mozart.

    “Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera.” Así comienza la historia, el título por obviedad no hace falta referenciarlo.  Lejos queda la literatura Rulfiana, donde el “cóbraselo caro” es una frase repetida en diversas palabras y ocasiones, al reverencialismo y sacralidad de los Patriarcas del Antiguo testamento.

    ¿Dónde quedó la figura paterna? ¿Cómo se ajusta el rol del Padre en este nuevo contexto de familia? Sustraer la figura paterna de la Sociedad, es aberrante. Nacer en una familia, es  además de sano y prudente; necesario-obligatorio, esto según el Derecho Natural y proclamado por diversos Tratados y manifiestos. El triangulo padre-madre-hijos, es irremplazable, aunque existan voces que hostiguen a las legislaturas a considerarlo como verdad absoluta. El pensar en que el Padre es un fósil cultural en nuestra posmodernidad es aparte de absurdo, peligroso. La  antropóloga Margaret Mead, sostiene que “la máxima prueba del nivel de desarrollo de una civilización es si es capaz de enseñar a los hombres a ser buenos padres”.

    Partiendo de la verdad de que Dios es nuestro Padre, ante la negación  y el olvido en que le tenemos,  entendible resulta la depreciación que la sociedad actual le da a la figura Paterna.

    La vocación paterna le abrió a Balzac, las puertas de un conocimiento que  ningún libro le había proveído, así el novelista francés llegó a glosar: “Yo entendí un poco lo que es Dios desde que tuve un hijo”

    Viaje al centro del corazón: ¡Qué ironía! Todo aquello que de niño me pudo disgustar de mi Papá, hoy día, son gustos y aficiones aprendidas de él.  He ido caminando desde que corre este año, aprendiendo a vivir con su ausencia. ¡Cómo me gustaba ver la vida desde los ojos grisáceos de mi Papá! Disfruté sus anécdotas, su conversación hábil y estrepitosa, su carácter tan, tan, raro, parecía que explotaba cual polvorín y tras una distracción, todo pasaba y el coraje quedaba olvidado. Quiero mirar a mis hijas de la misma forma que él me miraba. En mis pupilas se reflejaba la bondad, y la recia ternura de mi querido papá. Quiero que mis hijas me miren como yo te miraba a ti, quiero que me admiren como yo te admiré (y te sigo admirando) que sus ojos sean espejo del orgullo y admiración que te profesé. Amoroso testimonio, premonición del cariño en un cruce de miradas.

    Sensatos seremos al reconocer que tenemos un gran compromiso al ser hijos pero también recompensa ofrecida, ya lo dijo Santo Tomás, “Se promete larga vida a los que honran a sus padres, no sólo en la futura, sino también en la vida presente”.  

    Una oración para aquellos Padres que no están con nosotros físicamente pero que su recuerdo nos acompaña a diario, la felicitación más sincera y afectuosa para aquellos que tenemos la fortuna de ser llamados ¡Papás!

    Twitter: @luisrobertogm

    Instagram: @leerporlaveredatropical

    *El autor es abogado y escritor, intelectual pop y filósofo urbano y ya sin tanta crema a los tacos es un mazatleco orgulloso de su terruño.

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