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    Mes de concientización de Linfoma de Hodgkin

    El Linfoma de hodgkin es una enfermedad de células B con una distribución bimodal. En los EE.UU. se diagnostican todos los años alrededor de 9,500 casos nuevos. Es más común en sexo masculino, es raro antes de los 10 años de edad y es más frecuente entre los 15 y 40 años; se observa un segundo pico en individuos > 60 años.

    Se desconoce la causa, pero intervienen la susceptibilidad genética y las asociaciones ambientales (p. ej., ocupaciones como la carpintería, antecedentes de tratamiento con fenitoína, radioterapia [RT] o quimioterapia [QT], infecciones por el virus de Epstein-Barr, Mycobacterium tuberculosis, herpes virus tipo 6 y virus de la inmunodeficiencia humana [VIH]).

    Clínica

    La clínica de los pacientes puede variar, pero se relaciona principalmente con adenopatías, la cuales tienen diferente localización y tamaño, entre algunas son axilares, cervicales, mesentéricas y retroperitoneales. Síntomas B (fiebre de predominio vespertino, sudoraciones nocturnas, pérdida de peso), intolerancia al alcohol (dolor a la ingesta de bebidas alcohólicas), prurito generalizado.

    Diagnostico

    Este se deberá realizar por biopsia, la cual deberá ser por escisión de un ganglio, a fin de obtener material suficiente para el diagnóstico histopatológico e inmunohistoquímico.   Según la clasificación de la Organización Mundial de la Salud, se divide en dos subtipos histopatológicos: clásico (95%) (esclerosis nodular [40-75%], celularidad mixta [20-40%], depleción linfocitaria [5-15%], rico en linfocitos [5-15%]) y con predominio linfocítico nodular (5%). A si como también se deberá de realizar estudios de estadificación por imagen, siendo el PET-CT el estudio de elección, de no contar con el se deberá realizar tomografía computarizada.          

    Tratamiento

    El desarrollo del tratamiento sistémico curativo del linfoma de Hodgkin fue votado recientemente La alta expectativa de curación (por encima del 80%) con la terapia inicial, incluso para la enfermedad avanzada, se ve atenuada por el reconocimiento de algunas limitaciones importantes: no todos los pacientes se curan, especialmente aquellos en grupos de mayor edad, y los pacientes han sufrido efectos secundarios debilitantes o, en algunos casos, fatales a largo plazo. El desafío para los enfoques de tratamiento modernos es mejorar la tasa de curación y, al mismo tiempo, minimizar el daño a largo plazo resultante del tratamiento.

    Dra. Claudia Leticia Avitia Raygoza/Certificada por el Consejo de Hematología

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