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    Una idea: ¡Cambiar al País!

    Breves lecciones de civismo para mexicanos posmodernos

    Datos duros de Transparencia Mexicana: Por tercer año consecutivo, México obtuvo 31 puntos, donde 100 sería la mejor calificación posible y cero la peor. México había mejorado su calificación en 2019 y 2020, pero a partir de ese año, su calificación en este índice se mantuvo constante. Y por si fuera poco: México sigue siendo el país peor evaluado entre los países que integran la OCDE y es el segundo peor evaluado en el G20. Solo Rusia tuvo una peor calificación que México entre las veinte economías más grandes del mundo”.

    Si otros países han logrado combatir a la corrupción en ambientes “culturales” adversos, ¿por qué nosotros no? Tenemos una sociedad muy corrupta y empresas que pagan muchos sobornos, pero quien puede y debe revertir eso es el gobierno, sancionando.

    ¿Qué hago? ¿Me voy a vivir fuera? ¿A dónde huir? Y si mejor enfrento la realidad, esos fueron los pensamientos, con los que desperté la semana pasada. De inmediato me invadió, bueno no se explicar si fue una simple sensación o todo un verdadero sentimiento. Así de la nada, se me salió un terrible ¡estamos jodidos! ¿Qué por qué clasifico como terrible esa expresión? Porque es una expresión tibia, agustoide y ridícula. Es como aceptar la parte  alícuota de culpa que me corresponde, por tener esta visión mediocre del País.

    Entonces comencé a componerme a erguirme y abandoné aquel discurso anodino y vulgar, y pensé, si otros países han logrado combatir a la corrupción en ambientes “culturales” adversos, ¿por qué nosotros no? Tenemos una sociedad muy corrupta y empresas que pagan muchos sobornos, pero quien puede y debe revertir eso es el gobierno, sancionando.

    Pero no todo es culpa del gobierno, y vuelvo a revivir el argumento de la “parte alícuota de culpa” que compartimos los compatriotas; ya que debemos de ser BUENOS CIUDADANOS,  así en mayúscula, con negritas y resaltadas, debemos de ser individuos comprometidos, preocupados, ocupados, encendidos; que contagiemos a los demás con nuestro impulso, con ese frenesí sano, y así toda actividad que hagamos estará impregnada de Coraje, Constancia, Congruencia, Espíritu de Servicio y Magnanimidad. Nuestro entorno será diferente, y México será otro país, otro.

    Siempre hablamos pestes de nuestro país, pero ¿qué hacemos? Hablemos bien de México, hagamos nuestra tarea, el cambio, la transformación empieza con nosotros. No es lo que México haga por ti, es lo que tú debes de hacer por México. 

    Sí Dios quiso que naciéramos aquí en México, es por algo, la Patria necesita de todos, el país cambiará cuando todos hagamos los que nos corresponde, siendo ciudadanos responsables, así que a quejarnos menos y hacer más.

    La indignación no basta, demos un paso más. ¿Pagas todos sus impuestos? ¿Respetas las señales de tránsito? ¿Evitas bajo cualquier circunstancia participar en actos de corrupción? ¿Te interesas por tu comunidad? ¿Ejerces tu voto? ¿Das seguimiento a las actividades de sus servidores públicos? Si contestaste negativamente a al Pettitte cuestionario anterior, en toces sonará una estrepitosa alarma: ¡estás fallando en tu labor ciudadana!, que es fundamental para salvar a México de la actual crisis por la que atraviesa. Como acotación, añadiría que es necesario que cambiemos nuestro vocabulario, necesitamos un discurso reconciliador, hay mucho odio, mucha anarquía, centrémonos en la esperanza. ¿De dónde la sacaremos? Recordemos que México somos nosotros, los ciudadanos de a pie, así que hagamos patria con nuestras buenas acciones. Comprendo que hay indignación pero cada quien tiene que hacer su tarea.

    Una queja parecida hacía Vargas Llosa: “Si usted cree en la democracia, democracia es participación. Si uno no participa no tiene derecho a protestar cuando un país se va al diablo. Una sociedad democrática y libre, impregnada de espíritu crítico, debe ser una sociedad lectora”


    Aquí hay de dos sopas: O nos quedamos cruzados de brazos, delirando, viendo las cicatrices que la polarización tiende a dejarnos, o reconocemos nuestra “parte alícuota de culpa” y vitaminamos a este país que necesita volver a sus clases de civismo y rescatar la identidad nacional. ¡esta será verdadera revolución!

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    Twitter: @luisrobertogm

    Instagram: @leerporlaveredatropical

    *El autor es abogado y escritor, intelectual pop y filósofo urbano y ya sin tanta crema a los tacos es un mazatleco orgulloso de su terruño.

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