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    La República de Weimar

    La república de Weimar fue el régimen político en la historia de Alemania comprendido entre 1918 (tras la derrota del país en la primera guerra mundial) y 1933 (el ascenso de Adolfo Hitler con el partido Nacional Socialista). El nombre de la república procede de la ciudad alemana en la que se promulgó su nueva constitución, debido a que Berlín era considerada demasiado peligrosa para ser sede de la Asamblea Nacional.

    Después de perder la primera guerra mundial, Alemania firma con los países aliados, el tratado de Versalles, que en 1919 pone oficialmente fin a este gran conflicto armado. Y con ello, acepta desarmarse, realizar importantes concesiones territoriales a países aledaños afectados, así como pagar indemnizaciones multimillonarias a los estados vencedores. Lo anterior trae consigo una violenta crisis política – marcada por innumerables intentos golpistas tanto de izquierda como de derecha, huelgas generales, la movilización de diversos movimientos obreros, y al mismo tiempo, una profunda crisis económica – acompañada por un altísimo nivel de desempleo, caída del PIB (Producto Interno Bruto) así como una rampante inflación.

    ¿Y por qué es importante hablar de la república de Weimar a poco más de cien años de su existencia?

    Además de la importancia de conocer la historia, para así evitar la condena de repetirla, es sumamente interesante destacar el fenómeno económico de la hiperinflación que vivió Alemania en ese período entre guerras. 

    Para hacer frente al incremento en el gasto público, provocado por una política económica de baja recaudación fiscal (poco cobro de impuestos), el gobierno alemán empezó a imprimir cada vez más papel-moneda. Lo anterior fue generando un derrumbe absoluto del marco alemán en cuestión de meses. ¡La mayoría de la gente perdió todos sus ahorros! En un año calendario, un marco oro pasó de valer 100 marcos-papel en 1922, a valer un millón de millones en 1923. ¡Eso es un uno con doce ceros! Es decir, ocurrió una hiperinflación tan caótica que se requerían absurdas cantidades de fajos de billetes para comprar los bienes y servicios más básicos. 

    Frente a la miseria y hambre, el pueblo alemán, deprimido y arruinado, con los años empezó a ver con buenos ojos las nuevas alternativas que surgieron, como el nazismo.

    Por: Lic Pedro Benitez 

    Emprendedor y consultor financiero

    Ig @pedrosensei 

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