El arte para compartir y protestar; Karen Alexa

Karen Alexa Yanes Barraza de 22 años de edad, es una artista escénica y visual de Culiacán y activista feminista. Actualmente estudia la licenciatura en danza contemporánea y es recién egresada de la carrera de ciencias de la comunicación.

Desde muy pequeña ha tenido contacto con las expresiones artiscas y a través de su desarrollo personal y académico, ha llegado a la conclusión de que el arte no es solo una disciplina, sino una herramienta para todo aquello que con palabras no siempre se puede decir. Como dijo la bailarina Isadora Duncan: “Si pudiera decir lo que siento, no valdría la pena bailarlo”.

Hoy la joven Karen, nos comparte su visión sobre la vida de las mujeres de la ciudad capital y el arte para compartir y manifestarse, dentro del marco del 492 aniversario de Culiacán, Sinaloa.

¿Cómo te describirías a ti misma?

Multifacética, investigadora, me gusta hacer muchas cosas, extrovertida, en constante autodescubrimiento, con una sensibilidad en la percepción así mi misma y hacia lo demás, lo cual me ha permitido sentir mi centro anclado a la tierra, a través de la ternura radical para poder abrazarme y abrazar expresando de muchas maneras lo que pienso y siento y así poder relacionarme con los espacios y con quienes lo habitan.

¿Desde cuándo bailas?

Desde siempre creo que el movimiento es danza, por lo tanto danzo desde antes de conceptualizar de nombrarlo como danza, de manera técnica fui esa niña que lleva a ballet en el kinder, y recuerdo que mi actividad era ir al kinder, a natación y después a ballet, desde la infancia tenía esa energía y ganas de moverme mucho, aprender. Pero el tema de reconocer que danzo es algo no lineal en cuestión de tiempo ya que conforme fui creciendo y con acercamientos a espacios sororos de creación, fui descubriendo una pasión a la danza, ya que tuve la oportunidad de moverme desde el ser, el sentir, una experiencia mágica y ancestral, de maneras amorosas hacia mi cuerpo y movimiento en cualquier lugar y momento, sin prácticas violentas.

¿Cuáles son tus pasiones?

Observar desde la sensibilidad y curiosidad, registrar los momentos de manera visual, armar archivos visuales de la cotidianidad en la que habito, patinar, revolucionar, luchar junto a mis amigas, coincidir con mis seres queridos, mi familia. Moverme desde la sensación para el caparazón, también el expresarme a través de mi estilo como un performance en cada momento y el conversar con las personas, escucharlas, platicar, dialogar.

¿Siempre has vivido en Culiacán?

Sí, he tenido la oportunidad de viajar fuera, e incluso de vivir en Ciudad Juárez y Morelia, por movilidades de estancias de investigación que he realizado esta última en “Interdisciplina en procesos de investigación y creación artística” en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo Facultad Popular de Bellas Artes, con un laboratorio de investigación creación desde las artes escénicas para la cámara y la escena transmedial experimental disidencia y similitud, con temática del cuerpo femenino y la ancestralidad, fue mágico.

¿Usas el arte para manifestarte o solo es una disciplina para ti?

Para manifestarme, el arte no es solo una disciplina, sino distintos lenguajes que utilizo para expresar desde una ternura radical, mis emociones, posicionamientos sociales, activismo, también para jugar y experimentar miles de posibilidades e interacciones. Así vivo el arte como manifestación día a día, ya que el ser artista es algo que te compone el alma.

¿Qué te gustaría cambiar de Culiacán?

La superficialidad que existe a partir de estéticas hegemónicas y como muchas veces no hay una conciencia colectiva sólo se replican violencias sistémicas. Resignificar lo que nos han enseñado como únicas formas de vivir, cuando hay muchas posibilidades, permitirnos romper moldes .Quiero compartirles algunos pensamientos que escribí cuando volví a Culiacán de una residencia de danza en Durango:

Plebes le decía a mi mamá que en ocasiones la ciudad de mi nacimiento se siente ajena a mi ser, y la habitó más bonito en mi interior que socialmente. Al experimentar experiencias nómadas, encuentras libertades borras fronteras, conectadas más allá de las distancias o de los espacios físicos, de apariencias y réplicas de cotidianidad que se sienten limitadas al potencial de su ser.

Volver a la ciudad que “es tú hogar” y sentir una densidad que se respira y réplica, en ciertos espacios, aprendes que tú hogar no es una ciudad, no son esos espacios, no son esas miradas que te cuestionan “por no traer una sostén que lastima la piel” “ponerte huaraches aun con una uña rota por danzar” “tener el cabello rebelde” “tener pelos en zonas que no deberías”, si no que; eres tú, eres tú, ese hogar eres tú, compuesto por más que tierra, por más qué apariencias. Soy los seres que quiero, soy mis experiencias, soy una inmensidad intangible que no se mide por km ni apariencias. Mi hogar soy y, es mi mente, mi espiritualidad, mi rebeldía, mi sensibilidad, mi danza, mi percepción, mi arte.

Se siente bien encontrar un poco de tu libertad en una sociedad que nos limita, encontrar lenguajes a través de manifestaciones. Buscar lo genuino de mi ser y vivirla cotidianamente, compartirlo con quienes me rodean esas partes que me componen, resistir entre lo que nos estructuran para limitarnos, si estás cansada y no hay una silla, utiliza lo que esté en el espacio, el piso, la tierra. Resistir, resignificar y vivir en la rebeldía de defender quien eres

re significar. Resignificar.

Dale que no estamos aquí para siempre, TERNURA RADICAL amor.

¿Qué es lo que más te gusta de la danza?

La libertad del sentir, de mover, habitar los espacios de maneras significativas, el hablarle al cuerpo de la otra persona. A veces queremos poner en el lenguaje verbal o escrito lo que nos hace sentir la danza pero la danza nos habla al cuerpo, a las sensaciones. Y me llena el alma el conectar, compartir con otras personas, crear lazos, relaciones, amistades que rompen fronteras y terminamos con poniéndonos mutuamente el movimiento, el alma.