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    Sachiko Uzeta Amano una destacada productora de cine y televisión

    Sinaloa es un semillero de talentos, personas dedicadas y esforzadas que han logrado sobresalir a nivel internacional en diferentes ámbitos, prueba de ello es Sachiko Uzeta Amano, Sinaloense ejemplar en el ámbito profesional.

    Originaria de El Rosario Sinaloa  Uzeta Amano estudió Ciencias de la Comunicación en la UNAM, y Cine y Televisión en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba.

    El ser una mujer perseverante, trabajadora y entregada a los proyectos que emprende le ha valido para convertirse en una destacada editora y productora de cine que ha llevado sus largometrajes, así como diversos documentales a Cuba, Colombia, España y Estados Unidos.

    ¿Qué significa para usted haber obtenido el galardón de Sinaloense Ejemplar en el Mundo?

    Me honra, me honra muchísimo. Es un reconocimiento que llega en un momento muy importante de mi vida y que sea en mi tierra es de las mejores cosas que me han sucedido. Celebro a todos quienes han sido reconocidos y en especial a las personalidades de mi pueblo, El Rosario, Sinaloa.

    Cuéntenos ¿por qué dedicarse a la cinematografía?

    Cuando era pequeña, en El Rosario había un cine: “Pedro Infante” se llamaba y era del papá de mi mejor amiga. Con ella y su familia fui a ver muchas, muchas películas, de ahí nació mi gusto por el cine.

    Estudié primero Comunicación y durante la carrera hice prácticas en televisión; con unos compañeros conformamos el Taller de Televisión “Contador de Cuentos” donde realizábamos cortometrajes de ficción en video y organizábamos conferencias con profesionales del medio. Aprendí mucho de ellos y sobre todo empecé a entender de qué estaba hecho el cine: de ideas, de historias, de mucho trabajo en colaboración con otras personas, ahí se plantó la semilla.

    Ha trabajado como directora, productora, guionista y editora en México, España, Estados Unidos y otros países ¿dónde cree usted que hay más oportunidades?

    Dí cursos de producción cinematográficos en Dominicana, Canarias, Cuba, México. Charlas de televisión en Guatemala y Cuba. Es difícil hacer cine, porque son muchos elementos que se deben reunir para producir una película. La situación de cada país es distinta y hay menos oportunidades en países en donde no hay industrias, pero yo les diría a los jóvenes que siempre hay un hueco por donde colarse.  Las oportunidades se construyen.

    MŽxico DF 3 de octubre 2014. Durante la conferencia de prensa para dara a conocer los detalles y programaci—n de la XI Muestra Internacional de Mujeres en el Cine y la televisi—n. Fotos: Roberto Vidales/Imagen Latente

    A lo largo de su carrera ha recibido algunos premios cuéntenos ¿cuál es el más importante para usted y por qué?

    Cuando estaba estudiando Comunicación, decidí que mi tesis sería un documental en video. En ese entonces hacía mi servicio social en lo que hoy es TvUnam y trabajábamos documentales científicos. Hice una investigación sobre cisticercosis en México y escribí un guión que mezclaba lo documental con una pequeña ficción. En él participaron compañeros de aquél taller “Contador de Cuentos”. Terminé el documental y el centro de Producción de Recursos Audiovisuales de la UNAM lo envió a concurso al Festival del Nuevo Cine Latinoamericano en Cuba; gané en la categoría de Documental Educativo. Esta premiación coincidió con que yo estaba allá para empezar mis estudios de cine. Fue muy emotivo para mí, ese premio llegó muy temprano a mi carrera.

    ¿De qué películas o cortometraje está más orgullosa?

    Como directora, sin duda, del documental “Del otro lado del mar”, una película que Julia Rivero y yo coprodujimos con TvUnam y con el Fonca, sobre la migración japonesa a México; porque al estudiar el tema, entendí y aprendí sobre mis raíces. Una parte de este documental habla de la migración japonesa a Sinaloa, que es el caso de mi familia. Después de la realización de ese documental, me fue otorgada la beca Rockefeller-Antorchas para un curso en Argentina sobre Nuevas Tendencias de la puesta en Cámara en Cine y Video, a finales de los noventa. Alejandra Liceaga, una productora amiga, me financió parte de este viaje que de alguna manera cerró el ciclo del documental.

    ¿Cuál es el mejor trampolín hacia el cine?

    No sé si haya trampolines, pero funciona estudiarlo, hacerlo, reflexionar sobre el cine, sobre lo que quieres decir y cómo lo quieres decir. A veces hay suerte, a veces hay contactos, a veces haces cine de tendencia, a veces… creo que sí, que el mejor trampolín para hacer cine, es haciéndolo.

    ¿Con quién le gustaría trabajar?

    Cuando estudiaba en Cuba, Francis Ford Coppola nos dió un taller de guión. Era un tipo con una energía arrolladora. Con él me hubiera gustado trabajar, cuando era joven. Del Toro tiene esa energía arrolladora también. Me gustaría trabajar con mujeres cineastas. Recuerdo con cariño a Pola Weiss, admiro a Tatiana Huezo, Luciana Kaplan, Lucía Gajá, Lucrecia Martel, Isabel Coixet. Me inspiran mucho las películas de Agnes Varda. Me gusta trabajar con gente que crea en los proyectos en los que me involucro.

    ¿Qué es lo más importante para producir una película: el guion, la idea, los actores, el director, el estudio o todo?

    El cine es un trabajo en equipo y la obra que resulte tiene que ver con que el equipo esté sincronizado en la realización de esa idea. Cada quien en la película cumple un rol y todo, en el proceso, es importante.

    ¿Cuál es el mayor reto al enfrentarse a hacer cine hoy en día?

    Primeramente el financiamiento, ya que para cualquier fondo o estímulo que se solicite, la compañía productora o quien produzca debe de tener una parte éste. Hoy con las nuevas tecnologías puedes hacer un cine de menor costo, pero es difícil entrar a circuitos donde la película se recupere.

    Por otro lado, la distribución y la exhibición del cine nacional está en desventaja con el cine extranjero, estadounidense particularmente, ya que es una industria de muchos millones de dólares y dejamos que el espacio para la exhibición del cine nacional sea mínima y más desde el Tratado de Libre Comercio y la desaparición de Cotsa.

    ¿Ha habido algún momento en sus carreras en el que se haya desesperado?

    Hay momentos en que es desesperante, por ejemplo cuando esperas el resultado de un financiamiento, cuando tienes todo listo y en el rodaje surgen imprevistos, difíciles de resolver. Cada película, cada proyecto tiene sus retos. No recuerdo algo en particular y por supuesto, siempre vale la pena seguir.

    ¿Si tuviera otra carrera, cuál sería?

    Artes visuales. Me gustan el cine y el video experimentales y me gusta la formación de los artistas visuales. Cuando estaba en la facultad tuve la fortuna de tomar clases con Pola Weis, la primera teleasta en México, era talentosísima y con una gran fuerza creativa . La admiraba muchísimo. Me hubiera gustado seguir ese “su” camino.

    ¿Qué proyectos vienen o realiza actualmente?

    Dicen en mi pueblo que si uno cuenta sus deseos antes de que sucedan se “ceban”. Proyectos tengo varios, pero uno en particular que me gustaría realizar es la película documental basada en la novela “El eterno Adán” que Julio Verne situó en El Rosario, Sinaloa, el pueblo donde yo nací. Es un ensayo visual que escribí a partir de la investigación sobre esa novela.

    ¿Qué le diría a los jóvenes que se inician en el mundo del séptimo arte?

    Que sean tenaces, el talento es importante, pero también es muy importante el oficio. A las mujeres les diría que sean arrojadas, perseverantes, que escuchen a su intuición, que persigan sus sueños sin descanso.

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