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    Gracias Emir

    Te conocí de vista como fotógrafo de prensa, entusiasta, sonriente, alegre y muy trabajador. Mas adelante eras el novio de la bella hija y sobrina de mis queridas amigas de la infancia, Blanquita y Teresita Montoya. Me encantaba la pareja, ambos altos, llenos de luz y alegría, convivir con ustedes eran muy divertido por tus ocurrencias, anécdotas, innovando ideas, siempre creativo, inquieto y servicial.

    Vi de cerca la gran afinidad como pareja, ya casados fueron haciendo equipo en el trabajo, con los 3 chicos encantadores con los que formaron su linda familia, con sus familiares y amigos. ¡Juntos eran un hit!

    Llegar a la casa de ustedes era sentirme en casa, la pandemia nos abstuvo de los festejos en la cochera, con música, risas, convivencia y rica comida que era común con ustedes. Fuiste muy familiar, buen anfitrión, cálido y las risotadas no se hacían esperar en las divertidas tertulias ya fueran de cumpleaños o cualquier pretexto en algún que otro fin de semana.

    Una tarde en especial estando sentados en la sala de casa de Teresita y su familia recuerdo platicaste sobre los avances de la recién iniciada revista GENTE, tu proyecto despegaba viento en popa, era diciembre del 2004, me invitaste a colaborar con un articulo mensual sobre mi profesión. Comentábamos sobre escribir del yoga, desarrollo humano y la lluvia de ideas iban y venían.

    Entonces conocí la otra personalidad de Emir, ya no eras solamente el estupendo yerno de mi amiga, simpático, de buen corazón y con una risa contagiosa, vi entonces la persona que también fuiste, muy inteligente, perseverante, con alma de empresario, visionario, tenaz, suspicaz, con un ánimo de superación, proyección, aprendizaje y muchos talentos que desarrollaste en el camino de tu vida desde pequeño sumando a los dones de nacimiento.

    En una ocasión fuimos los 3 a la playa, sería la sesión de fotografía de uno de los primeros artículos en los cuales empecé a participar con ustedes; rumbo a Nuevo Altata hoy Isla Cortes. Platicabas tu experiencia con uno de tus negocios, la compra de tráilers, desde tu proceso de inversión, las rutas que manejaba la empresa hasta como más de alguna vez manejaste un tráiler por carretera.

    Vi tu espíritu de lucha, eras un guerrero por esencia, nada te detenía cuidando de no lastimar a nadie, como ser humano cometiste errores como todos, pero deseo quedarme con lo bueno, con la huella que dejaste, las semillas que sembraste, la risa, el espíritu aventurero, tu trabajo siempre de calidad, había muchas ideas en tu mente, seguramente quedaron por allí archivadas en tu computadora, había mucho talento por desarrollar pues eras joven.

    Muchas de las reuniones de trabajo buscando locaciones para las fotografías de la revista emanaban de ti proyectos, ganas de servir, de motivar a ser una sociedad mas funcional, de dar a conocer cosas nuevas, ¡Nunca te rendiste! Y lo probaste con la pandemia, la revista no cerró, no claudicaron, te vas y la revista sigue. Porque ésa es tu huella, porque tú Emir fuiste un alma grande, con un gran corazón, con una gran compañera a tu lado para formar un legado que queda en el corazón de tus adorables hijos y en el espíritu de los que tuvimos el gusto y la oportunidad de conocerte.

    Gracias por haber estado, gracias por haber vivido, soñado, creado, emprendido y por haber tenido el empuje de lograr todo aquello en lo que creías, gracias por tu confianza y liderazgo. Muchos te recordaremos con admiración y con cariño.

    GRACIAS EMIR.†

    Por: Paty Maytorena

    Yoga Terapia

    patymaytorena@hotmail.com

    Cel. (667) 751-2884

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