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    La vida son pequeños instantes

    La Tanatología nos habla sobre la muerte y las pérdidas constantes que vamos viviendo a lo largo de la vida, nos enseña que la vida está hecha de ciclos y para cerrar esos ciclos hacemos rituales. Cuando alguien cumple años esa persona cierra un ciclo en su vida para iniciar uno nuevo al día siguiente y lo celebramos con un ritual, felicitaciones, fiesta, reunión, globos regalos y no puede faltar el pastel con sus velas.

    Hoy 27 de agosto es un día muy especial, es cumpleaños de mi madre. Es un día de sentimientos encontrados porque ella aún vive pero su mente está ausente la mayor parte del tiempo, duele esa ausencia y su deterioro físico.

    ¿Cómo celebrarlo?

    A nuestros padres les tocó darnos la vida, criarnos y darnos lo mejor que podían. El nacimiento de un hijo es un nuevo ciclo porque hay un cambio muy importante en nuestras vidas, aprendemos a adaptarnos a una nueva forma de vida y celebramos con mucha alegría la llegada de ese bebé. A los hijos nos toca estar presentes en el cierre del ciclo de sus vidas viviendo pérdidas importantes y muy difíciles.

    Esas pérdidas son físicas y mentales y son irreversibles. Ser testigo de ese deterioro es desgarrador cuando la imagen que tenemos de ellos es otra. Nos conecta con lo frágiles que somos, con la finitud de la vida, con nuestro futuro, nos vemos reflejados en que algún día podríamos estar así.

    Llegar a esa edad la muerte anda rondando simplemente por ese deterioro biológico y hay tres miedos que las personas sienten, miedo al dolor, a morir solos y a no trascender.

    Éste último tiene mucha importancia, voy a dejar este mundo y qué legado estoy dejando, no quiero que me olviden, puede ser a través de la descendencia,  quiero que me recuerden por algo bueno que he sembrado en sus corazones, en la comunidad, en el planeta.

    La muerte existe solo cuando los olvidamos o cuando nos olvidan.

    La demencia senil o el Alzheimer son enfermedades que van nublando la mente y los recuerdos, es una nube que no les permite reconocernos, viven en el presente sin recordar vivencias recientes y se vuelven seres indefensos. Mi madre tiene demencia senil, sin embargo hoy celebro su vida, honro esa semilla de amor, de lucha de entrega, de generosidad que siempre tuvo  y con todos sus errores.

    Sus recuerdos presentes son de minutos y cada vez que me ve irradia una inmensa alegría, celebra mi presencia aunque al rato no se acuerde de que estuve con ella.

    He aprendido a que ese instante de alegría valió la pena porque quedó guardado en su alma y quedó guardado en mi corazón con la satisfacción de haberla hecho muy feliz.

    Su memoria es de instantes, la vida está llena de instantes, cada etapa de la vida es un instante porque en un abrir y cerrar de ojos, ya terminó. Yo te invito a disfrutar esos momentos son los que hacen magia y van dando forma a nuestra vida y la van llenando de bellos recuerdos o también de momentos difíciles pero van moldeando nuestro corazón, nuestra vida y nuestro ser.

    Hoy celebro tu cumpleaños madre mía, abrazo tu corazón y tu vida desde lo más profundo de mi ser, no importa que en este momento no lo recuerdes.

    Gracias por tu vida, por tu amor y ejemplo, estas tatuada en mi alma y en mi corazón.

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